El sector forestal continúa siendo el eje de la economía provincial, representando más de la mitad del territorio forestal argentino y generando una parte central de la producción nacional de madera, durmientes, leña y carbón vegetal. A esta base productiva se suma una agricultura diversificada, centrada en algodón, soja, sorgo y horticultura, junto con una agroindustria en expansión, que incluye biocombustibles y una industria manufacturera con presencia en rubros como la metalmecánica, textil, construcción y alimentos.
El sector servicios también ha ganado protagonismo en los últimos años, impulsado por la banca, la salud, la educación y los call centers, mientras que el turismo, sostenido por el atractivo de las termas, la cultura y el folclore, se perfila como uno de los ejes con mayor potencial para el desarrollo futuro.
El Gobierno de Santiago del Estero mantiene políticas de acompañamiento económico, como bonos de fin de año para empleados públicos y programas de emergencia social, en un intento por equilibrar la brecha entre crecimiento macroeconómico y bienestar ciudadano.
En síntesis, Santiago del Estero vive un momento clave: una provincia que crece y produce, pero que aún busca traducir ese crecimiento en un desarrollo equitativo y sostenible, capaz de reflejar en su tejido social los avances de su economía.
Tu opinión enriquece este artículo: