Después de 11 años siendo la casa del MotoGP en Sudamérica, el Autódromo de Las Termas de Río Hondo dejará de recibir a la máxima competencia del motociclismo mundial. A partir de 2027, el evento se trasladará a la ciudad de Buenos Aires, según confirmó el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri.
Más allá del impacto simbólico, la pérdida se siente con fuerza en el plano económico, turístico y estratégico. Durante más de una década, el MotoGP no fue solo un espectáculo deportivo para Santiago del Estero: generó un derrame regional que benefició a provincias vecinas como Tucumán, Catamarca, Salta, Jujuy, Chaco, Misiones y Córdoba, con picos de ocupación hotelera, inversiones en infraestructura, dinamismo comercial y posicionamiento global.
La ciudad termal de Termas de Río Hondo había construido una reputación destacada como anfitriona. Su circuito fue elogiado por su seguridad y nivel técnico, mientras que la organización fue reconocida año tras año como un modelo de profesionalismo y hospitalidad. El público también respondía con fervor, posicionando al Gran Premio argentino entre los más elegidos del calendario mundial.
Sin embargo, las reglas del juego cambiaron. Buenos Aires presentó una propuesta con inversión millonaria en infraestructura y un canon más alto, buscando no solo captar el MotoGP sino también abrir las puertas a la Fórmula 1 en el futuro. La falta de respaldo nacional a través del Improtur —clave en el financiamiento de la cita santiagueña— terminó inclinando la balanza.
Así, mientras el semáforo se pone en verde para Buenos Aires, queda en rojo para Termas y para todo el Norte Grande. La gran pregunta es si en algún momento volverá a estar en amarillo.
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