Granados explicó que este fenómeno se dio por una combinación de factores. Entre ellos, destacó la reducción de márgenes de ganancia por parte de las empresas, el ingreso creciente de productos importados que presionan sobre los precios internos, y una estabilidad en el tipo de cambio, con un dólar que retrocedió 15 pesos durante el mes. “Las tres anclas —la fiscal, la monetaria y la cambiaria— se mantienen firmes”, aseguró.
Otro punto importante en su análisis fue el impacto que están generando plataformas internacionales como Temu y Shein, que ofrecen productos a precios muy competitivos. “Hay ropa que no tuvo suba este año porque, con la importación, tuvieron que achicar el margen de ganancia impresionante que tenían: están bajando de 200 mil a 80 mil. ¿Cuánto querían ganar?”, cuestionó el economista.
Granados también compartió una reflexión surgida en una reciente reunión de la UIA (Unión Industrial Argentina), donde empresarios manifestaron sus dudas frente al contexto actual. “¿Hago negocios, me amplío o me quedo quieto?”, resumió, señalando que la incertidumbre global y el temor a un posible regreso de políticas populistas siembran cautela en el sector privado.
Finalmente, el economista subrayó que muchos actores económicos están a la espera de las elecciones de octubre, ya que consideran que recién entonces se podrá tener mayor claridad sobre el rumbo económico del país. Como ejemplo de desarrollo, mencionó el caso de Neuquén, donde la inversión en petróleo, gas y empleo formal logró reducir la pobreza por debajo de los niveles de la Ciudad de Buenos Aires. “¿Era tan difícil entender que el empleo en blanco es el que termina con la pobreza?”, concluyó.
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