Estos conceptos representan la igualdad de todos los individuos sin importar su grupo étnico, país de procedencia, orientación sexual, raza, habilidad, género, edad o incluso intereses personales. La tecnología, en su esencia, promueve las herramientas para crear oportunidades con base en la diversidad y la inclusión. El desafío está en abrir más canales de accesos educacionales, informativos y comunicacionales para que el mensaje llegue hasta los rincones más extremos del mundo.
Las oportunidades se traducen en crear habilidades donde la tecnología puede apoyar los procesos de selección. Tal es el caso de P&G, donde su proceso de reclutamiento de personal cuenta con mecanismos que permiten atraer, contratar y mantener a personas distintas en su equipo para poder comprender mejor al mundo y a los consumidores.
La tecnología puede potenciar las perspectivas diferentes y apoyar la ejecución efectiva de acciones, que actuando al unísono, crean los pilares de una cultura organizacional sostenible y competitiva en sus procesos de negocios. Además, se presenta como un aliado de los procesos cognitivos, sociales y culturales que son parte de nuestro presente, y sin lugar a duda, también del futuro.
En marzo de 2021, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) advirtió que la inclusión y la tecnología en su conjunto serán elementos claves para mejorar los servicios sociales. Desde otra arista, ya existen softwares que contribuyeron a mejorar los avisos de trabajo, teniendo como meta el incremento de la selección y contratación de personal con cualidades, competencias y habilidades específicas para una cultura organizacional diversa e inclusiva. Sin duda, todavía hay mucho terreno por avanzar. Las áreas de Ventas, Marketing e Innovación son influyentes en la propuesta de valor basado en el conocimiento del cliente. En este sentido, una organización con diversidad e inclusión, equipada con tecnología de punta, brinda las bases para una cultura organizacional donde la innovación continua es parte esencial de su modelo de negocio.
Según la UNESCO, solo 3 de cada 10 mujeres estudian carreras vinculadas con la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Esto demuestra que no solo hablamos de un propósito que suena bien en la palabra, sino más bien de contextos que de no resolverse pronto, se traducirían, por un lado, en una pérdida de oportunidades y por otro, una menor competitividad en los negocios.
Así como hablamos de un ecosistema tecnológico global y atingente a cada país, también tenemos que ir adoptando la idea de uno que brinde oportunidades al alcance de todos promoviendo la innovación continua y facilitando la formación de una cultura organizacional con base en la diversidad y la inclusión.
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