El relevamiento abarca los últimos 5 años (de 2018 a 2023) e incluye los 34 aglomerados urbanos más poblados, que representan el 75% de la población urbana del país. Los resultados indican que el crecimiento de la mancha urbana tuvo un aumento del 4,2%, a razón del 0,84% anual. Esta variación implica en términos absolutos un incremento de 245 km2 (24.500 Ha), a un ritmo de casi 5.000 hectáreas por año.
Sin embargo, hay características propias que distinguen a la forma de crecimiento urbano en nuestro país. El geógrafo, especialista en planificación territorial y economía urbana de la Fundación Tejido Urbano, Julián Insua, asegura que “en las ciudades argentinas predominó la ampliación de la mancha urbana por sobre el crecimiento en altura. Aún en las grandes ciudades, la edificación compacta se limita a algunos barrios”.
Asimismo, los resultados indican que “si bien hay grandes diferencias, el promedio de densidad es de 53 habitantes por hectárea, un valor relativamente bajo”, explica el especialista. Y aclara: “para tomar de referencia, la Capital Federal tiene una densidad de 150 habitantes por hectárea”.
Entre los datos destacados, el informe de Tejido Urbano refleja que hay siete aglomerados que lideran la expansión, al registrar incrementos superiores al 10%: Santiago del Estero (12,9%), Salta (11,9%), Neuquén (11,9%), La Rioja (10,8%), Viedma (10,7%), Formosa (10,6%), Rio Grande (10,5%). En este conjunto, cabe tener en cuenta que Neuquén, Salta y Santiago del Estero fueron además, de las ciudades que más expansión tuvieron en términos absolutos (exceptuando la Región Metropolitana de Buenos Aires).
El NOA y NEA encabezan las ciudades con mayor expansión respecto a su crecimiento demográfico. En este sentido, Insua sostiene que “muchas ciudades del norte, como Santiago del Estero, Salta, Formosa, La Rioja, y Resistencia, vienen teniendo expansiones importantes desde 2006. Sin embargo, su crecimiento demográfico no es tan elevado, por lo que la densidad viene disminuyendo. Es posible suponer que las modalidades de crecimiento en altura o de aprovechamiento de áreas vacantes internas, tienen un ritmo menor a la modalidad de expansión de las manchas urbanas”. Si bien faltan datos más certeros, es posible inferir que "esta expansión está dada por vivienda construida por el estado. Esto estaría demostrando la continuidad de un patrón de vivienda social extendida, periférica y de baja densidad”, concluye.
Como contrapartida, las expansiones más bajas en términos relativos se registraron en Santa Fe, Mar del Plata, Región Metropolitana de Buenos Aires y San Nicolás.
Sobre la densidad habitacional, los datos destacan que:
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En comparación con el crecimiento de la población, si bien el conjunto indica un leve aumento de la densidad, en 24 aglomerados vieron aumentada su densidad, mientras que en 10 se advirtió una disminución.
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Resistencia, Formosa, Santiago del Estero, La Rioja, Viedma, Salta, y en menor medida Neuquén, Paraná, Gral. Pico y Rawson perdieron densidad.
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Entre los aglomerados que han aumentado su densidad, se destacan Ushuaia y Río Grande, asociados a fuertes dinámicas demográficas, y en menor medida en los aglomerados de San Luis, Córdoba, Santa Rosa, Bariloche, así como en Puerto Madryn, Comodoro Rivadavia, Río Gallegos, Tucumán, Posadas y Santa Fe.
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