Sin lugar a dudas la algarroba se trata de una de las plantas más emblemáticas de la flora de Santiago del Estero. Y es también la figura central de la historia de Daniel Eduardo Ledesma, un chef que desarrolló el café de algarroba y que registró la marca El Don Santiagueño para comercializar.
Ledesma llevó la bebida al Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) para que la analizaran y ahí le comunicaron que la algarroba no estaba registrada como infusión. Comenzó los trámites y fue el primero en registrarlo como tal.
Daniel y su esposa comenzaron a ofrecer el café de algarroba para degustar a los clientes de la cafetería que se encuentra en la librería Utopía.
Luego, y movilizado por la buena recepción, se animó a envasarlo en paquetes de 220 gramos. Pero además, registró el “Té de Mistol” y el “Té de Chañar”.
La curiosidad de Daniel no se detiene y actualmente investiga la Tusca, el Quiscaloro y la Tuna, para incorporar más productos.
En el futuro, piensa editar distintos blends de café de algarroba, con cascarilla de cacao, con vainilla y canela, con tusca, y uno más intenso de algarroba negra.
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