No obstante aclara que una serie de factores, entre ellos el riesgo de una nueva aceleración de precios de alimentos "siguen latentes y podrían actuar como contrapeso".
"La convivencia de los dos factores mencionados (el nuevo esquema de tarifas y las mayores restricciones a las importaciones) tendería a mitigar el impacto regresivo de la inflación en lo que queda del año. No obstante, dada la inestabilidad del proceso inflacionario, el endeble escenario macroeconómico, un esquema cambiario que podría sufrir modificaciones y ciertos precios de alimentos que han quedado rezagados (como el caso de la carne vacuna), los riesgos de una nueva aceleración de alimentos -creciendo por encima del Nivel General- siguen latentes y podrían actuar como contrapeso", publicó la consultora.
En su informe y respecto a la segmentación de los subsidios de las tarifas de servicios públicos, indicó que las familiar de mayores ingresos gastan en promedio 7% de su canasta de consumo en gas, electricidad y agua, mientras que las de menores ingresos gastan 11% de su canasta en estos servicios públicos.
En cuanto a la actualización de los precios de las empresas de medicina prepaga, con aumentos del 10,5% en octubre y diciembre, señaló que inciden "más en los deciles más ricos, en tanto gastan una proporción mayor de su ingreso en este rubro (4,4% de la canasta en el decil 10 y 0,5% en el 1)".
También señaló que los hogares de mayores recursos destinan el 8% de su canasta a la adquisición de equipamiento y mantenimiento del hogar, electrodomésticos, electrónica de consumo, maquinaria, vehículos o motos; mientras que el porcentaje baja al 4,1% en los hogares más pobres.
El informe señala también que los hogares más pobres acumulan en promedio 55% de inflación en lo que va del año, "prácticamente lo mismo que la mitad más favorecida (54,9%)".