Paola Yost, licenciada en enfermería, y el chef Raúl Collado han protagonizado un audaz proyecto empresarial que los sitúa a la vanguardia de los emprendimientos en Santiago del Estero. Paola comparte su motivación inicial: “Estábamos cómodos en Buenos Aires, cada uno con su trabajo, pero siempre tuvimos el deseo de regresar a la provincia con un proyecto propio. Surgió la idea de la cerveza, nos capacitamos, planificamos y adquirimos lo necesario. Así fue como volvimos para dar vida a Del Barco”.
En aquel entonces, el auge de la cerveza artesanal aún no había alcanzado Santiago. “Fue un riesgo. No sabíamos qué tipo de público encontraríamos. En 2014 inauguramos un local en una zona no habitual de bares, pero tuvimos éxito y comenzamos a construir una relación cercana con nuestra clientela, que aún nos acompaña. Supimos que tendríamos un tiempo para consolidarnos y fuimos adaptándonos junto con el paladar del consumidor, acostumbrado a las cervezas pilsen industriales, ligeras y fáciles de beber, mientras que nosotros ofrecemos estilos Ale (de fermentación alta), más complejos, que invitaban a ser saboreados”.
Esta conexión con la comunidad los llevó a organizar constantemente eventos de interacción, como las fiestas de San Patricio o, más recientemente, la celebración de sus 10 años, donde se vieron sorprendidos por la respuesta de cerca de dos mil clientes dispuestos a compartir ese momento tan significativo hasta la última copa.
Del Barco, bien santiagueño
Una de las características destacadas de Del Barco es su exquisita oferta gastronómica, que complementa a la perfección su variedad de cervezas. Desde diferentes tipos de papas hasta salchichas alemanas, albóndigas, picadas, lomitos y pizzas, su carta, aunque concisa, “pero muy rica en sabores”, explica Paola Yost.
Con dos acogedoras sedes, una en Buenos Aires 172 y otra inaugurada en Congreso 245, Del Barco logró consolidarse y expandirse sin la necesidad de capitales externos, gracias al esfuerzo familiar.
Desde sus inicios, el equipo humano de Del Barco creció para satisfacer la creciente demanda. Con dos cocineros, un bachero, dos recepcionistas, un mozo y un barman en el local, y tres personas en la fábrica, el emprendimiento está en pleno auge.
En la actualidad, la cervecería produce entre 6 mil y 8 mil litros mensuales, gracias a sus 8 fermentadores de 500 litros cada uno. Además, se realizan inversiones constantes para optimizar el proceso de producción. A pesar del éxito, los jóvenes emprendedores no tienen planes inmediatos de expandir la cantidad de locales, ya que se encuentran en el techo de producción de la fábrica.