El sector pyme atraviesa uno de los períodos más complejos de los últimos años. Según la última Encuesta Coyuntural de la Fundación Observatorio PyME, siete de cada diez empresas presentan producción estancada o en retroceso, mientras que la presión importadora y la generación de empleo se consolidan como principales variables de ajuste.
En diálogo con Radio Panorama, el asesor pyme Gastón Roldán señaló que “en el mejor de los casos, las pymes están sobreviviendo o manteniendo un nivel estable de actividad, pero hay otro grupo donde la caída ha sido significativa y busca financiamiento. Las microempresas están desapareciendo y el mercado se concentra en jugadores con respaldo financiero”.
El especialista remarcó que el 90% de las pymes tienen entre 0 y 20 empleados, lo que dimensiona su peso en el mercado laboral y la magnitud del impacto económico cuando su actividad se ve afectada.
En este contexto, Santiago del Estero aparece como un caso particular. Aunque las micropymes locales también enfrentan dificultades, la provincia ofrece condiciones impositivas diferenciales: un único Impuesto al Ingreso Bruto con alícuota baja, frente a jurisdicciones donde se aplican gravámenes provinciales y municipales. “Esto lo convierte en un atractivo para empresarios que buscan invertir, capacitarse y optimizar costos”, destacó Roldán.
Pese a las tensiones macroeconómicas, el interés empresarial por Santiago del Estero crece, impulsado por sus ventajas tributarias y por la búsqueda de estrategias de reconversión que permitan sostener operaciones en un escenario nacional desafiante.