Hoy en día, atravesados íntegramente por la digitalidad, las necesidades de las personas vinculadas a la conectividad requieren de soluciones inmediatas. Sin embargo, muchas veces aquello que hace posible la conexión instantánea se desconoce o no se le da la importancia necesaria. Durante mucho tiempo, el cableado que forma parte de la infraestructura de telecomunicaciones estuvo compuesto, en su mayoría, por cables de cobre, pero con el surgimiento de nuevas exigencias y tecnologías, estos ya no son suficientes para cubrir la demanda. En este nuevo escenario, entra en juego la fibra óptica.
Las redes metálicas o de cobre ya están en su límite de capacidad de performance, ya que necesitan de medios específicos para cada tipo de servicio implementado. Otra de sus limitaciones se relaciona con la distancia de transmisión que, en elevadas tasas, restringe su longitud máxima; esto desencadena en una necesidad de equipos activos en la red externa que aumentan los costos de operación y mantenimiento. Al estar en una época donde todo pasa por la conectividad de los datos, las tecnologías ópticas están omnipresentes en las redes informáticas y de telecomunicaciones.
La fibra óptica está cobrando mucha popularidad debido a sus importantes ventajas. Una de ellas, y la que más interpela a los usuarios en estos tiempos de trabajo híbrido y auge de las redes sociales, es el aumento de su velocidad y ancho de banda. En lo que se refiere a la internet óptica, la conexión de datos es transportada por cables llenos de fibras de vidrio delgadas, donde los mismos viajan como pulsos de luz modelados y son cientos de veces más rápidos que las redes tradicionales. Los cables, al estar protegidos por una funda transparente y flexible, son extremadamente seguros y, como no contienen un campo electromagnético, los datos transmitidos no se pueden interceptar, ralentizar ni mezclar con otras señales.
Debido a las constantes evoluciones tecnológicas que se producen en cortos períodos de tiempo, se necesitan redes que soporten las crecientes necesidades de banda, las mismas son las llamadas future-proof. En este sentido, un elemento esencial para el futuro son las Redes Ópticas Pasivas de última generación NG-PON; estas son redes punto-multipunto y están compuestas por divisores ópticos pasivos que permiten que una sola fibra atienda a diversos usuarios finales. Esta configuración reduce la cantidad de fibras y equipos en la central comparadas con las arquitecturas punto a punto. Esta tecnología viene siendo reconocida como el futuro de la conectividad gracias a sus características como inmunidad electromagnética, menos infraestructura, bajas pérdidas y baja latencia.
Sin duda todavía se vienen nuevas olas de innovación y evolución, Furukawa Electric sostiene que la clave para estar alineados con el cambio es contar con redes de infraestructura robustas para una mejor conectividad. En este sentido, es importante saber que una red instalada con fibra óptica no necesitará ser reemplazada por otra más moderna durante muchos años.